Los economistas han analizado exhaustivamente la última guerra comercial de Trump, examinando tanto los efectos básicos de los aranceles como las consecuencias, más subestimadas, de la incertidumbre política. Pero hay otro ángulo crítico que vale la pena explorar: la dinámica del intervencionismo sugiere que las respuestas gubernamentales a las consecuencias de esta guerra comercial probablemente desencadenarán una cascada de intervenciones adicionales, que en última instancia agravarán nuestros problemas económicos.
Como era de esperar, una de las primeras decisiones políticas importantes del segundo gobierno de Trump fue imponer aranceles a una amplia gama de productos importados. El proteccionismo ha sido una de las posturas políticas más consistentes de Trump desde su primer mandato. A pesar de esta coherencia retórica, persiste una considerable incertidumbre sobre la implementación precisa de las políticas proteccionistas bajo el Trump 2.0. Esta incertidumbre, en sí misma, genera efectos perniciosos para las empresas y las relaciones comerciales, agravando los impactos ya negativos de los aranceles.
Si bien las políticas comerciales específicas pueden ser difíciles de predecir, el concepto de la «dinámica del intervencionismo» nos brinda un marco para anticipar su desarrollo. Este concepto, originado por el economista Ludwig von Mises y desarrollado por economistas contemporáneos como Sanford Ikeda , describe la progresión lógica de la intervención gubernamental.
Consideremos este ejemplo ilustrativo:
1. El gobierno de Estados Unidos impone un arancel al acero chino
2. China toma represalias con aranceles a productos agrícolas estadounidenses
3. Los agricultores estadounidenses sufren pérdidas, lo que motiva la implementación de subsidios agrícolas por parte del gobierno.
4. Estos subsidios se financian con los ingresos provenientes de las tarifas iniciales.
5. Los subsidios mantienen artificialmente recursos en sectores ineficientes
6. Surgen nuevos problemas que desencadenan intervenciones adicionales
La reacción en cadena de intervenciones crea un ciclo que se perpetúa a sí mismo de respuestas políticas a problemas causados por políticas anteriores.
La dinámica del intervencionismo se está desarrollando en tiempo real con las últimas políticas comerciales de Trump. Analicemos cómo este ciclo ya está comenzando a desarrollarse.
Trump impone aranceles sustanciales a Canadá y México —algunos de los socios comerciales más confiables de Estados Unidos—, lo que perturba las cadenas de suministro establecidas y aumenta los costos para las empresas.
Los mercados financieros se desploman como respuesta. Los índices de incertidumbre política se disparan . Las perspectivas empresariales se deterioran considerablemente a medida que las empresas luchan por adaptarse al nuevo panorama comercial.
Ante estos efectos negativos, el gobierno anuncia una pausa específica en los aranceles, específicamente para la industria automotriz. Esta aplicación selectiva crea ganadores y perdedores, distorsionando los incentivos del mercado y generando oportunidades para el arbitraje regulatorio. Inevitablemente, una vez que el gobierno levanta selectivamente los aranceles para una industria, otras buscarán exenciones similares. Esto fomenta la búsqueda de rentas, como el cabildeo y la búsqueda de favoritismo político, lo que crea distorsiones adicionales del mercado y refuerza el ciclo de intervención.
La administración parece creer que esta pausa dará tiempo a los fabricantes de automóviles para trasladar la producción a suelo estadounidense. El argumento de Trump se reduce a: una vez que los automóviles se produzcan en el país, ¡no habrá necesidad de aranceles!
Esta lógica malinterpreta fundamentalmente por qué la producción se produce donde se produce. Si la producción nacional fuera realmente la opción más eficiente, las empresas ya estarían fabricando aquí, sin la presión del gobierno. Si bien la producción nacional evita los aranceles, no necesariamente se traducirá en precios más bajos para los consumidores, debido al aumento de los costos de mano de obra y materiales.
Cuando estos precios más altos se materialicen inevitablemente, ¿qué sucederá después? Siguiendo la dinámica del intervencionismo, podemos predecir una tercera ola de intervenciones: quizás subsidios para los fabricantes de automóviles estadounidenses o créditos fiscales para los consumidores que "compren productos estadounidenses". Estas políticas desviarán artificialmente la demanda hacia los productores nacionales, generando una pérdida económica irrecuperable sustancial y atrapando la mano de obra y el capital en sectores donde son menos productivos de lo que podrían ser en otros lugares.
Cada paso de esta secuencia ilustra la visión de Mises: las intervenciones gubernamentales crean consecuencias no deseadas que provocan otras intervenciones, desencadenando una reacción en cadena que nos aleja progresivamente de resultados de mercado eficientes.
La política comercial bajo la actual administración será, sin duda, caótica. Pero la dinámica del intervencionismo nos dice algo aún más preocupante: el impacto de los nuevos aranceles no se limitará únicamente a la política comercial. A medida que la administración se esfuerza por abordar las consecuencias negativas de su guerra comercial, cabe esperar intervenciones adicionales implementadas de forma puntual en diversos sectores económicos. Estas respuestas probablemente agravarán los problemas existentes y crearán otros completamente nuevos, lo que preparará el terreno para una mayor intervención.
La lección es clara. Al evaluar el impacto de las políticas comerciales de Trump, debemos mirar más allá de los efectos inmediatos de los aranceles. La dinámica del intervencionismo nos indica que la guerra comercial actual no se limitará a los aranceles, sino que se extenderá a otras áreas de la política económica, alimentando distorsiones que los responsables políticos se esforzarán por corregir con aún más intervenciones. ¿El resultado? Una red de acciones gubernamentales cada vez mayor e impredecible que nos aleja cada vez más del libre mercado y la eficiencia económica.
Chandler S. Reilly, The Daily Economy